Codelco y el Estado proxeneta
Gerente general Octogone Chile
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Manuel Bengolea
Nelson Pizarro, presidente ejecutivo de Codelco, dijo: “no hay un puto peso” refiriéndose a la situación financiera de la empresa, para que los chilenos comprendan la complicada coyuntura por la que atraviesa. La pregunta que emerge de tan cruda aseveración es cómo y por qué Codelco no aprovechó la época de vacas gordas para capitalizar parte de los millonarios excedentes que generaba gracias al súper ciclo del cobre. Lo lógico era que ante un golpe de suerte, exógeno a la gestión de los administradores, el dueño ahorrara parte importante de dichos excedentes para cuando vinieran la época de vacas flacas, que todos sabían llegarían más temprano que tarde.
Sin embargo, el Estado/Gobierno prefirió extraerle a Codelco sus excedentes con el propósito de gastarlo en otras prioridades, usualmente aquellas con más palanca política. Los sindicatos, con un poder desmesurado, exigían sueldos y bonos que no guardaban relación alguna con la trayectoria de la productividad laboral. Y por último las Fuerzas Armadas (FA) se llevaban un 10% de sus ventas. A fines del 2008, Codelco tenía deuda y ventas por US$ 4.824 y US$ 14.424 millones, respectivamente. En la actualidad, esos números son US$ 15.074 millones de deuda y US$ 11.232 millones en ventas. Así es, Codelco multiplicó por más de tres su nivel de deudas mientras sus ventas disminuían 20%. ¡Así era difícil prosperar!
¿Cómo sale Codelco de esta complicada coyuntura? Creo que llegó la hora de discutir seriamente el tema de su capitalización. Como el Fisco no tiene plata, lo dejó clarísimo el ministro Valdés, entonces la alternativa es incorporar a la propiedad de Codelco a otros inversionistas. Primero, creo que quienes han obtenido beneficios de Codelco deben devolverle a ésta una parte de ellos mediante aporte a la capitalización. Es decir los trabajadores deberían concurrir al aumento de capital a cuenta de futuros bonos e indemnizaciones, una forma elegante y decente de devolverle a la empresa lo que obtuvieron por el poder desmedido de sus sindicatos. Las FA deberían canjear el derecho al 10% de las ventas por un porcentaje del aumento de capital, así de paso le solucionan al Fisco el problema que le generaría el aporte extra que significaría el fin del 10% de las ventas. Por último el Fisco, renunciaría a su opción de aumento de capital a favor de inversionistas externos, porque además no podría concurrir a él por la falta de recursos.
La emisión de acciones debería llevarse a cabo simultáneamente tanto en Chile como en la bolsa de Nueva York, así los ciudadanos, legítimos dueños de Codelco, empero no los que han lucrado de ella, tendríamos la seguridad y los beneficios de un escrutinio y transparencia sin igual. Y de paso se eliminaría esta relación indebida entre Codelco y sus verdaderos controladores, el Estado/Gobierno más los sindicatos, para transformarla en la empresa líder de la industria cuprífera mundial que siempre debió ser.
Triste es concluir que la unión entre Estado/Gobierno y Codelco, no ha sido una relación fecunda con proyección de largo plazo, sino que más bien ha devenido en mujer explotada por un Estado con más actitud de proxeneta que de compañero ejemplar.